Miami brindará residencia a inversionistas extranjeros

Miami brindará residencia a inversionistas extranjeros

2014/08/08 4:25am

La Ciudad de Miami, conocida durante mucho tiempo como un área cosmopolita para el turismo europeo y latinoamericano, ahora busca convertirse también en un centro para la inversión internacional.

La municipalidad dio otro paso en esa dirección al lograr la autorización del gobierno federal para manejar un Centro Regional de Inversiones bajo el EB-5 Immigrant Investor Pilot Program (Programa Piloto de Inversionistas Inmigrantes EB-5), que busca atraer dinero extranjero al sur de Florida.

Empezando en septiembre, la Ciudad de Miami podrá ofrecer tarjetas de residencia de por lo menos dos años a inversionistas extranjeros y sus familias, a cambio de que éstos inviertan $500,000 o más, en negocios que contraten más de diez empleados estadounidenses.

“Lo que esto significa, no sólo para la ciudad de Miami sino también para el Condado Miami-Dade, es que tendremos la oportunidad de traer inversiones de países extranjeros y al mismo tiempo crear empleos”, dijo el alcalde Tomas Regalado el jueves, durante una conferencia de prensa organizada para anunciar el nuevo programa.

El Centro Regional de Inversiones en Miami fue aprobado por la agencia de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), tras un proceso de solicitud de dos años.

“Esto es importante para asegurar que inversiones internacionales sigan viniendo a nuestros barrios”, dijo el comisionado Wifredo “Willy” Gort.

En una primera fase, el programa le otorgaría al inversionista una tarjeta de residencia provisional de dos años con la inversión inicial.

Posteriormente, los inversionistas deben demostrar que sus empresas han creado al menos diez puestos de trabajo para poder obtener tarjetas de residencia permanente, y eventualmente solicitar la ciudadanía estadounidense.

Críticos de este programa federal lo califican como una manera de facilitar que los extranjeros ricos puedan posicionarse al frente de la linea de gente esperando una tarjeta de residencia de Estados Unidos.

Otros argumentan que el programa es una manera fácil para que oportunistas puedan aprovecharse de un sistema lucrativo, atraídos por la promesa de una ciudadanía.

Y el programa ha registrado problemas en el pasado.

En Chicago, un negociante indio estafó $158 millones a cerca de 300 inversionistas que intentaban participar en el programa de EB-5. Anshoo Sethi fue condenado por fraude y pagó una mula de $130 millones a La Comision de Seguridad e Intercambio (SEC). Su proyecto de construir hoteles de lujo cerca del O’Hare Aeropuerto Internacional de Chicago, culminó en un lote vacío.

Sin embargo, Laura Reiff, una abogada especializada en temas de inmigración y visas EB-5, dijo que las regulaciones son bastante fuertes, y que el programa todavía está evolucionando.

“Queremos recalcar que este programa es regulado severamente. Es muy complicado, y está cambiando cada día”, señaló Reiff en la rueda de prensa el jueves.

Mikki Canton, directora del Centro Regional de Miami, admitió que otros centros regionales han tenido problemas, pero aseguró que la ciudad esta completamente comprometida a cumplir con las leyes federales.

“Habían problemas en otros lugares y algunos Centros Regionales han perdido su designación”, dijo Canton, quien dirige la Oficina de Desarrollo de Negocios Internacionales de Miami, que alberga al Centro Regional. “Pero vamos a ser cautelosos para asegurar que este centro regional EB-5 sea el mejor del país”.

Cuando el Centro Regional recibe inversiones, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos está encargado de verificar que el dinero haya sido obtenido legalmente y que el inversionista no tenga un historial delictivo. Ademas, los inversionistas deben asumir los riesgos asociados con sus negocios, lo que significa que si alguien no puede probar que su proyecto ha creado diez empleos en dos años, perdería su tarjeta verde y podría ser deportado.

Los empresarios que buscan un ‘EB-5 investor visa’ tienen la oportunidad de invertir en proyectos en un amplio espectro de industrias como restaurantes, compañías profesionales, turismo, y manufactura.

Por ejemplo, la ciudad de Miami incluyó en la solicitud al gobierno federal el proyecto hipotético de una torre panorámica y centro comercial que costaría $100 millones y sería financiada por 200 inversionistas, con un aporte de $500,000 cada uno. A cambio, los inversionistas recibirían un salario cuyos términos serían negociables.

Regalado, quien ha estado promoviendo el proyecto en países de Europa, Asia y América Latina en los últimos dos años, dijo que un porcentaje de los ingresos del programa serán asignados a la seguridad publica de la municipal.

“Si las personas se sientes seguras, vendrán e invertirán en la ciudad de Miami”, dijo Regalado.

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